Apenas 24 horas después del allanamiento de su residencia en Caracas, el exalcalde Antonio Ledezma denunció en la tarde del miércoles que funcionarios leales a Maduro irrumpieron en su oficina. Este nuevo episodio de persecución política ha generado gran preocupación a nivel internacional.
Ledezma, quien se encontraba despachando en su oficina, manifestó su indignación por esta invasión injustificada. Recordó que esta misma oficina fue brutalmente atacada en el pasado cuando intentaron secuestrarlo. Pero la persistente persecución en su contra demuestra el afán de la narco tiranía por silenciar a quienes se oponen al régimen.
El martes por la tarde comenzó esta escalada de represión, cuando se viralizó un video del supuesto allanamiento de la casa de Ledezma, quien ya cuenta con una orden de captura por incitar a una rebelión militar. Minutos después, el propio Ledezma confirmó que su apartamento en Santa Rosa de Lima también había sido objeto de allanamiento.
El exalcalde advirtió que esta es una clara estrategia para socavar el proceso de primarias pacíficas que la oposición está llevando a cabo. Según Ledezma, el régimen de Maduro busca desestabilizar cualquier atisbo de cambio real en el país.
A pesar de estos continuos acosos, Ledezma ha dejado en claro que no podrán arrebatarle su dignidad, su decoro y su compromiso con los ideales y principios que defiende. Ha llamado a la comunidad internacional a estar alerta ante estos abusos y a apoyar la lucha por la libertad en Venezuela.
Es importante destacar que estas acciones represivas surgen tras las declaraciones de Ledezma en el programa «Factores de Poder» de Patricia Poleo, donde habló sobre la necesidad de la desobediencia civil y el diálogo con militares para garantizar el derecho al voto de una mujer vetada por el régimen. Estas declaraciones han sido malinterpretadas y utilizadas como pretexto para intensificar la persecución en su contra.
Este nuevo allanamiento, sumado a la orden de aprehensión anunciada por el fiscal de Maduro, evidencia una vez más la política de hostigamiento y represión que caracteriza al régimen actual. La comunidad internacional debe tomar nota de estos abusos y respaldar la lucha por restablecer la democracia en Venezuela. ¡Basta de represión!
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