Miguel Rodríguez Torres y sus cuatro años como preso político

Miguel Rodríguez Torres y sus cuatro años como preso político
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El 13 de marzo de 2018 fue apresado el militar retirado y exministro por presuntamente atentar contra la unidad monolítica de la Fuerza Armada Bolivariana. Cuatro años después continua preso y piensa que la “reconciliación es la única vía para darle soluciones a la crisis venezolana”

El tema presos políticos y derechos humanos está presente en cualquier discusión que tenga que ver con la situación política venezolana por sus muchas aristas e implicaciones, sobre todo porque es parte de las investigaciones que hace la Corte Penal Internacional en Venezuela.

El volumen en la opinión pública sube y baja según el momento político y las situaciones que trascienden fuera de los calabozos y de los tribunales que juzgan a civiles y militares.

La reunión de Nicolás Maduro con representantes del Gobierno de los Estados Unidos, que terminó en la liberación de dos ciudadanos estadounidenses presos en Venezuela, le sube los decibeles al tema derechos humanos y detenidos por razones políticas.

Hace cuatro años

Un día como hoy, 13 de marzo, hace cuatro años, Miguel Rodríguez Torres, mayor general el Ejército venezolano, salía detenido de un hotel en Caracas, después de dar una conferencia en la que hacía duros cuestionamientos a la administración de Nicolás Maduro.

Los funcionarios que se lo llevaron preso probablemente estuvieron bajo sus órdenes cuando Rodríguez Torres fue jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).

Antes de ser detenido, el también exministro de Relaciones Interiores, Justica y Paz, devenido en dirigente político, comentó en alguna intervención que los funcionarios de la policía política encargados de hacerle seguimiento en sus actividades siempre lo saludaban y le decían: “Aquí estamos general trabajando, usted lo que nos toca hacer”.

Para el momento de su detención Rodríguez Torres llevaba adelante actividades a nivel nacional con la organización política Movimiento Amplio Desafío de Todos (MADDT), en función de conseguir un espacio en el escenario político como un actor que cuestionaba la gestión de Nicolás Maduro.

En el espectro opositor era y es mirado con ojeriza por haber sido jefe de los servicios de inteligencia del Estado y algunos le endilgan responsabilidades vinculadas a violaciones de los derechos humanos.

Por estas y otras razones el tema presos políticos tienen diversas lecturas en las que los militares presos y que son considerados perseguidos por el Gobierno, tienen una situación difícil a la hora de recibir solidaridad de sectores opositores, aun cuando se hagan denuncia de la violación de sus derechos humanos y de las personas de su entorno.

El caso RT

Después de romper con el Gobierno de Nicolás Maduro, Rodríguez Torres funda en octubre de 2014 el MADDT y se dedica a la actividad política.

Proponía la creación de “una plataforma que garantice una unidad superior capaz de derrotar tanta hambre y desesperanza. Es necesario desmarcarse de toda agenda violenta que complejice aún más la situación y sumarse a un verdadero plan de salvación nacional que suponga la superación de la crisis en todas sus dimensiones, incluyendo en gran medida, la de liderazgo dentro de sus filas. El objetivo es alcanzar las condiciones establecidas en el ordenamiento legal para unas elecciones que respeten la voluntad del pueblo”.

En febrero de 2018 es inhabilitado por la Contraloría General de la República para ejercer cualquier cargo público.

Un mes después de esta decisión judicial es hecho preso y puesto a la orden del Sebin pasando or diversos centros de detención.

En diversas oportunidades familiares y amigos del militar denunciaron tratos crueles en los sitios de reclusión que tenían que ver con aislamiento del detenido en el que no podía hablar ni interactuar con la nadie que fuera el carcelero.

Estuvo preso en el mismo centro de reclusión con el también exministro y militar Raúl Isaías Baduel y se comunicaban con gritos desde sus calabozos.

Visitas espaciadas por meses, encuentros sin contacto físico con sus hijas, presiones y agresiones sobre su entorno familiar han sido denunciadas durante estos de cuatro años como preso político.

Rodríguez Torres fue acusado de atentar contra la seguridad de la nación, motín, espionaje y traición a la patria.

En el parte oficial se dice que el militar retirado fue aprehendido por “atentar contra la patria” y “estar incurso en acciones contra la paz y la tranquilidad pública y en la conjura dirigida a atentar contra la unidad monolítica de la Fuerza Armada Nacional (FAN)”.

Durante los tres años y cuatro meses que se demoró la Audiencia Preliminar, fiscales fueron solicitando que se retiraran cargos de la acusación que se hicieron en la Audiencia de Presentación, según lo relatan sus familiares.

Finalmente solo quedó el cargo de “instigación a la rebelión” y se espera que se pase a la fase de juicio.

Salud

Rodríguez Torres ha tenido distintos episodios en los que salud se ha visto comprometida y en este momento padece de hipertensión arterial, problemas con la próstata y una complicación que hostio muscular, según refieren sus familiares.

También señalan que durante su encarcelamiento no ha ppodido hacer rehabilitación y el tratamiento para los dolores no se realizan y tratan con calmantes lo que agrava lentamente su condición.

La medicina alternativa que era complemento de un tratamiento formal no ha sido posible hacer indican quienes hacen seguimiento a su estado de salud.

También señalan que de un tiempo a esta parte las visitas han aumentado a tres veces por semana y con un mayor tiempo para compartir con los autorizados a encontrarse con él.

Reconciliación y diálogo

Desde su encierro Rodríguez Torres sigue la situación del país y señala que la única posibilidad de conseguir soluciones al país es el encuentro sincero entre los factores políticos del país.

Familiares y amigos que le visitan refieren que plantea la osibilidad de una Ley de Amnistía “porque con presos políticos no puede haber una reconciliación de los venezolanos”.

“La reconciliación no puede ser letra muerta”, dice y además de la liberación de los presos políticos propone su integración a los procesos de diálogo y que apunten a un reencuentro entre los venezolanos”, según lo refieren los familiares y amigos que hacen seguimiento a su caso.

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