Numerosas delegaciones, en su mayoría representantes de países árabes, abandonaron la sala de la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, comenzó su discurso. En videos difundidos en redes sociales, se observa un gran número de asientos vacíos y personas dirigiéndose hacia las salidas, en lo que parece ser una protesta por la postura de Netanyahu en torno al conflicto en Gaza y Líbano.
Durante su intervención, Netanyahu criticó duramente a las Naciones Unidas, acusando al organismo de ser una «farsa» por condenar de manera desproporcionada a Israel en comparación con otros países. Según el primer ministro israelí, «en la última década se han aprobado más resoluciones contra Israel que contra todo el mundo entero». Además, pidió apoyo internacional para continuar sus operaciones militares contra Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano, y solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU reimponer sanciones contra Irán para evitar que se dote de armas nucleares.
Netanyahu también señaló a varios países de Medio Oriente como «influenciados por Irán» y presentó a Israel como un «puente entre continentes», mientras mostraba un mapa que llamaba «de la bendición». Sin embargo, el discurso no mostró señales de distensión en los conflictos que enfrenta Israel, algo que provocó el rechazo visible de las delegaciones que abandonaron el recinto.
El discurso de Netanyahu se dio en medio de una semana marcada por la guerra en Gaza y las tensiones en Líbano, temas centrales en los debates de la Asamblea General. En contraposición, el líder palestino Mahmud Abbas, en su intervención, reiteró su compromiso con la resistencia palestina al afirmar repetidamente: «No nos iremos», en clara referencia a la ocupación israelí.
Este incidente refleja la creciente tensión en la ONU sobre el conflicto en Oriente Medio y la presión internacional para buscar una solución pacífica en la región.
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