Rafael Araujo, mejor conocido como el Señor del Papagayo, ha dedicado más de 15 años a transmitir mensajes de protesta y reflexión a través de sus coloridos papagayos, convirtiéndose en un ícono de resistencia pacífica en Venezuela. Este artista y activista, nacido en Timotes, estado Mérida, en 1953, encuentra en el apoyo de las personas la motivación para continuar su labor. «El cariño de la gente es mi mayor empuje», asegura.
Desde sus primeros años, Araujo mostró una inclinación por el arte, que se consolidó en su juventud gracias a las enseñanzas de sus profesores y el reconocimiento de quienes admiraban su trabajo. Sin embargo, fue durante una protesta en Caracas que nació su primer papagayo de protesta, llevando la palabra «Libertad». Desde entonces, estos papagayos se han convertido en su medio para expresar mensajes de esperanza, justicia y ciudadanía.
El arte como herramienta de resistencia
Los papagayos de Araujo son mucho más que simples creaciones artísticas. Cada uno lleva frases cuidadosamente seleccionadas, inspiradas en noticias del momento y diseñadas para despertar conciencia. «Reviso cuentas de periodistas confiables para elegir frases que conecten con la gente y las realidades que vivimos», explica el artista.
Entre las frases recientes destacan mensajes como: “246 mujeres. 28 niñas inocentes detenidas sufren violencia de género” o “Cecodap. 40 años. Solidaridad, respeto y justicia”. A menudo utiliza colores vivos para resaltar las palabras, aunque reserva los tonos de la bandera venezolana para mensajes de especial relevancia.
Su capacidad para crear mensajes impactantes, asegura, es una herencia familiar. «Mis hermanos también tienen una habilidad natural para las frases ingeniosas. Siempre consulto con ellos para afinar los detalles», cuenta Araujo, quien, además de activista, es un pintor apasionado por la naturaleza.
Entre la adversidad y la esperanza
La trayectoria del Señor del Papagayo no ha estado exenta de desafíos. Ha enfrentado amenazas y rechazo por parte de algunas personas, pero también ha recibido innumerables muestras de afecto y reconocimiento. Figuras como María Corina Machado han elogiado su labor, llamándolo “la conciencia andante de Venezuela”.
A pesar de las dificultades, Araujo se mantiene optimista sobre el futuro del país. “Creo que Venezuela va a cambiar, porque la esperanza es lo último que se pierde. Los buenos somos más”, afirma con convicción.
Además, destaca la importancia de fomentar una ciudadanía responsable que respete las leyes y valore la libertad. “No debería ser que alguien sea perseguido por expresar su opinión. Hay que ponerse en el lugar del otro, porque cualquiera podría estar en esa situación”, reflexiona.
Un legado para la memoria colectiva
Aunque no guarda sus papagayos debido a la falta de espacio, Araujo está seguro de que su obra permanecerá en la memoria de los venezolanos. “Tantas personas me han tomado fotos que mis papagayos ya forman parte del recuerdo colectivo”, señala.
Hoy, a sus 71 años, dedica su tiempo a crear papagayos y pintar. Aunque dejó de practicar deportes como el baloncesto por su edad, se siente pleno y agradecido con la vida. “Mientras esté vivo, seguiré aquí, llevando mis mensajes a las calles”, asegura.
¿Qué opinas de la trayectoria del Señor del Papagayo? ¿Crees que su arte impacta en la sociedad? Déjanos tu comentario.
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