En el albergue Fe y Alegría, en Ciudad de Panamá, decenas de migrantes deportados desde Estados Unidos claman por una vida digna, inspirados en el legado del papa Francisco, fallecido esta semana. Quienes trabajan con ellos aseguran que más allá de honrar al pontífice con la bandera a media asta, se debería rendir tributo real a su mensaje garantizando condiciones humanas para quienes huyen de sus países.
El pontífice, recordado como “el papa de los migrantes”, fue claro en su prédica: “No olviden nunca su dignidad humana, no son un descarte”. Su propia historia como hijo de migrantes le dio una voz comprometida con los desplazados.
Elías Cornejo, de la organización católica Fe y Alegría, que forma parte de la Red CLAMOR, hizo un llamado al gobierno panameño: “Dignifiquen su memoria dándole una respuesta humana y cristiana a quienes tienen derecho a una vida mejor”.
Los 299 migrantes, provenientes de países como China, Afganistán, Camerún, Irán o Sri Lanka, fueron deportados en febrero desde EE.UU. y alojados temporalmente en Panamá. Muchos ya regresaron a sus países, pero 111 rechazaron hacerlo, temiendo por sus vidas. Actualmente, 47 permanecen en albergues, sin saber qué pasará cuando venza el permiso temporal humanitario que les concedieron.
Algunas madres asiáticas, que cruzaron el continente con sus hijos menores, relataron el trauma de su deportación. “Nos trataron como criminales. Nos esposaron de pies y manos. Nuestros hijos estaban aterrorizados”, contó una de ellas. “No podemos volver, nuestras vidas están en peligro”, añadió.
Ahora, temen que el plazo otorgado por el gobierno panameño expire en junio y ruegan una solución definitiva. “Le pedimos a Donald Trump que nos retorne a Estados Unidos”, suplicaron.
¿Crees que América Latina debe asumir una postura más humana frente a la migración forzada? ¿Qué opinas del legado del papa Francisco en esta causa? Cuéntanos en los comentarios.
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