Cada 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, una fecha para reflexionar sobre la protección del ambiente. Pero en Venezuela, este año se conmemoró en medio de una profunda crisis ecológica agravada por la falta de políticas públicas, corrupción y deterioro institucional.
El país se ha convertido en un foco de alerta ambiental: es el primero del mundo en quedarse sin glaciares en la era moderna, enfrenta una deforestación acelerada, una minería destructiva que arrasa con la Amazonía, derrames petroleros sin control y un abandono total de los compromisos climáticos. Venezuela ni siquiera ha firmado el Acuerdo de Escazú, clave para la protección ambiental en la región.
La crisis climática ya muestra sus efectos: aumento de la temperatura, reducción de las lluvias y más desastres naturales. Sin embargo, el país sigue sin una política nacional, sin estrategias de mitigación ni planes de adaptación al cambio climático.
Mientras tanto, se pierden bosques, nacientes de agua y biodiversidad, con consecuencias graves para las comunidades, la salud pública y la soberanía alimentaria.
¿Consideras que Venezuela necesita declarar una emergencia ambiental para enfrentar esta crisis? Déjanos tu opinión en los comentarios.
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