A una semana de celebrarse las primeras elecciones en el recién creado estado Guayana Esequiba, la incertidumbre reina entre los votantes. Solo dos parroquias del municipio Sifontes —Dalla Costa y San Isidro— forman parte de la circunscripción electoral, pese a que inicialmente se había planteado incluir zonas como Tumeremo, designada capital administrativa del nuevo estado.
Más de 21 mil electores deberán emitir hasta 14 votos distintos en una sola jornada, el próximo 25 de mayo. Este complejo proceso incluye cargos para las gobernaciones de Bolívar y Guayana Esequiba, diputados nominales y por lista para ambos estados, y representantes indígenas (estos últimos a elegirse el 1 de junio).
El sistema mixto y la falta de claridad sobre quiénes realmente pueden votar ha generado escepticismo y denuncias de manipulación política, especialmente desde sectores opositores. El candidato Alexis Duarte cuestionó la exclusión de Tumeremo y acusó al gobierno de favorecer zonas como El Dorado y Las Claritas, donde mantiene mayor control.
Además, las comunidades indígenas y zonas rurales del sur denuncian abandono institucional, fallas graves en servicios como electricidad, agua potable y salud, y la presencia de grupos armados ilegales que ejercen un poder paralelo.
El oficialismo, representado por el almirante Neil Villamizar, no ha ofrecido respuestas concretas. Su falta de propuestas reales y la admisión de no contar con recursos alimenta aún más el malestar local.
La elección en Guayana Esequiba se presenta no solo como un proceso político, sino como un símbolo de lo que muchos temen: un estado fantasma, creado con fines propagandísticos, pero sin respuestas a los problemas reales del territorio.
¿Crees que estas elecciones realmente representan a la población del Esequibo? ¿O es solo una jugada política más? Deja tu opinión en los comentarios.
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