AMO, desastre ecológico con la explotación ilegal de recursos naturales

AMO, desastre ecológico con la explotación ilegal de recursos naturales
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La crisis humanitaria compleja ha sido el distractor principal del daño que el Arco Minero del Orinoco, AMO, esta ocasionado en lo ecológico.

Con información de Infobae y EFE

 

Mientras la población venezolana y la comunidad internacional han visto en los últimos años con gran preocupación la grave situación económica, política, social y humanitaria en el país, otra crisis se fue agravando a pasos agigantados: la medioambiental.

De acuerdo con Cristina Burelli, fundadora de SOS Orinoco, en dos décadas, primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro, en Venezuela se llevó a cabo un “desmantelamiento sistemático de las instituciones ambientales” del país.

Desde la llegada de Chávez el poder en 1999, se han destruido unos 3.800 kilómetros cuadrados de cobertura arbórea en la Amazonia venezolana. Ecologistas advierten que el ritmo se está acelerando, y que la minería representa una creciente amenaza para la biodiversidad del país.

Pese a esta desgracia ambiental,  Nicolás Maduro, en el marco del Día Mundial del Medioambiente, llamó desde su cuenta de Twitte a tomar conciencia sobre la necesidad de cuidar el planeta, y proclamó su “compromiso” a proteger su hábitat.

Primero los cobres

Sin embargo a medida que la economía venezolana se veía cada vez más contraída y los ingresos petroleros disminuyeron de manera significativa, el gobierno de Maduro buscó otras vías de financiamiento, entre ellas, la explotación de los grandes recursos minerales que tiene el país.

Maduro promovió la minería en sectores de la Amazonia. Principalmente el oro, pero también para los diamantes, el coltán, la bauxita, el mineral de hierro y el cobre.

En 2016, Maduro estableció el Arco Minero del Orinoco, 2020 mejor conocido como AMO, en esa región rica en oro, diamantes, coltán y otros minerales que va desde la frontera de Venezuela con Colombia en el oeste hasta la frontera oriental con Guyana.

Es decir, el 12% de todo el territorio nacional., especialmente en los estados Bolívar y Amazonas.

Francisco Dallmeier, director del Centro de Conservación y Sostenibilidad del Instituto Smithsoniano de Biología de la Conservación de Washington, no duda en describir lo que está ocurriendo Bolívar y el AMO como un “ecocidio”.

No es el único. La Red de Información Socioambiental Georreferenciada de la Amazonia (RAISG) indica que en las últimas dos décadas la cantidad de tierra utilizada para la minería al sur del río Orinoco se ha triplicado.

Mientras el gobierno chavista asegura que la minería está bien regulada, numerosos informes y activistas medioambientales denuncian que bandas criminales y guerrilleros colombianos -amparados y protegidos por la dictadura- luchan por el control de los recursos explotados y saqueados ilegalmente.

De hechos, la acción de grupos delictivos y guerrillero ha aumentado el número de masacres ocurridas en la zona, azotada también por la malaria.

Estos problemas de Salud Pública y ecológicos probablemente llame la atención de los vecinos (excepto Brasil, con su propia agenda desfirestafora) sustituyendo al problema humanitario.

¿Cuál será la excusa del Maduro ambientalista para explicar por qué no Étienne ni los derrames petroleros ni los estragos del AMO?

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