El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, afirmó este martes que EE.UU. y sus aliados en Europa se perjudican a sí mismos con la introducción del tope al precio del petróleo ruso transportado por mar.
«EE.UU., recurriendo a ese tipo de artimañas y arrastrando a sus propios aliados en Europa bajo sus decisiones, está —en general— cortando la rama en la que se sienta», declaró el vicecanciller en una rueda de prensa en la Duma Estatal rusa (Cámara Baja del Parlamento).
Además, dijo que las instituciones rusas ya se han preparado para vivir bajo las condiciones del límite establecido en 60 dólares por barril por parte del Grupo de los Siete, la Unión Europea y Australia. «Cómo reaccionará el mercado a continuación ya lo sabremos, pero en cualquier caso nuestros intereses en este ámbito estarán asegurados, de una forma u otra», manifestó Riabkov.
Moscú ha calificado en reiteradas ocasiones la iniciativa occidental como una «medida antimercado» que «puede complicar considerablemente la situación en los mercados energéticos mundiales», y advirtió que «no planea suministrar» petróleo a los países y compañías que se unan a la limitación de su precio. El viceministro mencionó que hay «una dinámica positiva» en torno a las discusiones sobre la seguridad de la central nuclear de Zaporozhie, ubicada en la provincia homónima rusa, que ha sido objeto de ataques por parte de Ucrania, según las denuncias de Moscú.
Recientemente, el jefe del OIEA, Rafael Grossi, aseveró en una entrevista con La Repubblica que la retirada de armas de ese territorio formaría parte de un acuerdo trilateral entre Moscú, Kiev y el organismo que encabeza. En este sentido, sostuvo que es «muy difícil» identificar a los responsables de los ataques a la central de Zaporozhie.
Comentando la iniciativa de EE.UU. de crear un tribunal para investigar las acciones de Rusia en Ucrania, el viceministro destacó que, en caso de materializarse tal escenario, no habrá consecuencias para Moscú.
«Poner fin» a las actividades biológicas de EE.UU.
Por otra parte, Riabkov instó a «poner fin a la actividad ilegal» de EE.UU. en el ámbito de armas biológicas. «Es una amenaza directa a la seguridad, no solo a la de nuestro país, porque estas actividades corren por el perímetro de las fronteras rusas, sino muchos otros Estados en diferentes regiones», enfatizó el alto diplomático. En esta línea, abogó por crear «un mecanismo de verificación», así como reforzar las medidas de confianza en el marco de la Convención sobre armas biológicas y toxínicas.