El famoso sistema de transporte -y que daría servicio a los habitantes desde Mariche hasta la estación del metro Palo Verde- fue olvidado por las autoridades y ahora lo vemos en abandono y desvalijado, por lo que no se encuentra en funcionamiento
Entrar a las instalaciones del Metrocable en Palo Verde (Estado Miranda) es sentir el abandono y la desidia de las autoridades de transporte.
En un reportaje realizado por el equipo de Mundo24 se constató el estado deplorable y el desvalijamiento total de la estación, aún cuando en el pasado fue una obra emblemática de la llamada «Revolución». Ni siquiera la primera etapa está prestando servicio a la comunidad de Mariche.
Excrementos humanos, malos olores, basura, desechos de animales muertos en bolsas, todo es parte del horror que se observa al visitar este lugar.
Al parecer prácticas de brujería y otros males han invadido las instalaciones, y los escombros denotan la presencia de animales carroñeros.
Un vocero de un grupo de comerciantes informales dijo que han intentado darle otra cara a la instalación del Metrocable, pero no es suficiente sin el apoyo de los directivos del sistema de transporte público.
Hace un año los miembros de la «Fundacion Yo Soy Comunero» que hace vida en el sector y que agrupa una gran cantidad de comerciantes informales de la zona, denunciaron el abandono de dicha estructura, sin que hasta los momentos se preste atención a su denuncia.
Como se sabe, esta obra de infraestructura fue abandonada tras los problemas legales que tuvo la constructora Odebrech, convirtiéndose así en otro «elefante blanco» de la historia de la desidia gubernamental.
En el recorrido de los reporteros, se evidenció el desvalijamiento que ha tenido un cuarto de controles al igual que el resto de la obra. Se notó el robo del techo y las baldosas de cerámica que antiguamente la adornaban en paredes y pisos.
Nuevamente, los comerciantes informales dijeron que buscan recuperar la estación y darle vida con actividades culturales para que deje de ser un vertedero de basura, alojamiento de moscas, malos olores y una gran inseguridad para todos los vecinos.
Cansados de alzar la voz en pro de la comunidad, los comerciantes hicieron un llamado al gobierno nacional para que les otorgue los espacios, mientras el alto mandatario decide si reanudará o no la obra.
