En un pintoresco caserío de La Fila Guayana, el agricultor navideño Alfredo «El Verde» Azuaje Hernández es condenado a nueve años y cuatro meses de prisión por posesión de marihuana. Después de una persecución cinematográfica, la Guardia Nacional Bolivariana descubre una plantación de 45 plantas de marihuana en su propiedad. Además, se encuentra un arsenal de accesorios de granjero y armas caseras. A pesar de alegar inocencia, «El Verde» es condenado por siembra ilícita de estupefacientes y posesión ilícita de armas de fuego. Ahora deberá pasar su condena en el Centro Penitenciario Agroproductivo 26 de Marzo. Una historia sorprendente que mezcla incredulidad, risas y un toque de injusticia.
En un acontecimiento que dejó a todos con cara de sorpresa (y con risas contenidas), el agricultor navideño Alfredo «El Verde» Azuaje Hernández (45), ha sido sentenciado a pasar nueve años y cuatro meses en prisión. Pero, ¿por qué tanto alboroto? ¡Por culpa de unas inofensivas plantitas de marihuana!
Resulta que el día fatídico, unos cuantos soldados de la Guardia Nacional Bolivariana se encontraban haciendo supuestas «labores de seguridad» en el pintoresco caserío de La Fila Guayana. Fue entonces cuando, por arte de magia, apareció nuestro protagonista Alfredo, quien, al ver a los uniformados, decidió hacer su mejor interpretación de Usain Bolt y se echó a correr. ¡Vaya nerviosismo!
La persecución de película culminó con la captura de «El Verde» en su hogar, donde los intrépidos militares hacen un hallazgo de proporciones épicas: dos envoltorios de marihuana en el bolsillo de su pantalón. ¡Sí, el temido botín había sido descubierto!
Pero eso no era todo. ¿Se imaginan qué encontraron en los alrededores? ¡Nada más y nada menos que una plantación con 45 divertidas plantas de marihuana! ¡No es broma! A eso se le suma el descubrimiento de un recipiente enterrado lleno de semillas, tierra abonada y restos de restos de la droga, con un peso total de ¡148 gramos!
También había unas semillas en proceso de germinación y otras plantitas de 20 centímetros. Además, no podían faltar los accesorios de un auténtico granjero moderno: una bolsa de urea y dos escopetas caseras, ¡así como un machete, un cuchillo y una escardilla!
Con semejante arsenal de diversión, era obvio que «El Verde» fue detenido de inmediato y puesto bajo la lupa del Ministerio Público.
Su suerte no mejora en la audiencia de juicio, donde los representantes de la Fiscalía no pierden la oportunidad de hacer el ridículo al acusarlo de «siembra ilícita de plantas de estupefacientes y psicotrópicas» y «posesión ilícita de arma de fuego». ¡Ay, qué imaginación tienen!
Finalmente, el veredicto cae como un cubo de agua fría: al granjero más «inocente» le toca una estancia de nueve años y cuatro meses en el Centro Penitenciario Agroproductivo 26 de Marzo. Seguro que allí podrá poner en práctica todo su conocimiento agrícola para sembrar la alegría (y tal vez unas cuantas plantas más).
No cabe duda de que esta historia nos deja con una mezcla de incredulidad, risas y un cierto sabor de injusticia. ¡Pero qué se le va a hacer! Así es el mundo excéntrico en el que vivimos. ¡Alfredo, te deseamos muchos años de diversión tras las rejas!
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