En una alarmante situación que pone en peligro a los caficultores venezolanos, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) ha revelado que el precio de venta del café no alcanza a cubrir los costos de producción. Los agricultores se enfrentan a una realidad muy difícil en la que luchan por sobrevivir.
Félix Saavedra, prominente caficultor, expresó su preocupación a través de un conmovedor testimonio compartido por Fedeagro en la red social X. Reveló que el precario precio actual del café no retribuye de manera justa a los trabajadores: «Ni siquiera estamos logrando cubrir nuestros costos de producción», afirmó con frustración.
En vista de esta situación crítica, la confederación, en nombre de todos los caficultores venezolanos, exige urgentemente que el precio de venta del café se ajuste al costo de producción. Hasta el momento, no se han proporcionado detalles sobre las tarifas consideradas adecuadas ni se ha informado si se ha entablado algún diálogo con el gobierno para resolver este problema.
Además, Saavedra mencionó que se está explorando la posibilidad de entablar negociaciones con la industria agropecuaria para establecer un precio que permita a los caficultores obtener ganancias razonables.
Es importante recordar que Venezuela ha experimentado un incremento significativo en la producción de café, pasando de 1.573.000 quintales en 2016 a más de 3.618.637 quintales en 2022, y se espera cerrar el año con una cifra superior a los cuatro millones de quintales, según informes de la agencia de noticias EFE.
Aunque el consumo local de café ronda entre los 2.500.000 y 2.800.000 quintales anuales, el gobierno venezolano argumenta que el excedente permite realizar exportaciones sin afectar la demanda interna.
El pasado mes de marzo, se produjo un suceso sin precedentes cuando Venezuela logró exportar café a Japón después de 22 años, abriendo una nueva puerta para el comercio internacional. Sin embargo, esta noticia positiva se ve empañada por la difícil situación que viven los caficultores en su propio país.
La situación es crítica y exige una pronta solución para garantizar la supervivencia de los caficultores venezolanos y proteger uno de los rubros más emblemáticos del país.
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