La ensenada de La Guardia, ubicada en el municipio Díaz de la isla de Margarita, es una fuente de orgullo para los pescadores de la zona. Aunque en el pasado fue una de las más rentables para la pesca en América Latina, ya no lo es tanto.
Wilfredo Cedeño, miembro del Consejo de Pescadores Artesanales de La Guardia, destacó que el mayor problema al que se enfrentan actualmente es la escasez de gasolina. Esto limita sus oportunidades de pesca, obligándolos a salir a zonas más distantes como la Península de Macanao para obtener un buen rendimiento.
Cedeño lamentó que las promesas de ayuda por parte del Instituto Socialista de Pesca (Insopesca) no se cumplan y que la falta de seguridad haya resultado en robos de motores a los pescadores. También señaló que los precios injustos que imponen los intermediarios llamados «caveros» complican aún más la situación de los pescadores.
Por otro lado, Argenis Zabala, portavoz de la Defensoría de Pescadores, expresó su frustración por el incumplimiento de las promesas del Ministerio de Acuicultura y Pesca y de la alcaldesa Marisel Velásquez. Muchos pescadores no pueden reparar sus botes por falta de recursos y no tienen acceso a créditos adecuados para mantener su actividad pesquera.
Emilio Villasmil, otro pescador de la zona, ha sufrido en carne propia la inseguridad y la falta de apoyo. A pesar de las promesas de ayuda, Villasmil tuvo que vender su carro para comprar un nuevo motor y poder seguir trabajando. Además, destacó que el problema de la gasolina sigue siendo una preocupación constante para los pescadores que deben desplazarse largas distancias para pescar.
En resumen, La Guardia enfrenta una serie de desafíos que van desde la escasez de recursos hasta la falta de apoyo gubernamental. Los pescadores luchan cada día para mantener sus medios de subsistencia y asegurar el sustento de sus familias, a pesar de las dificultades que enfrentan.
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