La tecnología del cómputo en la nube está transformando la forma en que se accede a recursos informáticos en América Latina, democratizando herramientas antes reservadas para grandes empresas y economías desarrolladas. Esta innovación impulsa un nuevo modelo de desarrollo regional al reducir costos, mejorar la eficiencia y generar empleos, mientras promueve una mayor equidad social.
De acuerdo con un informe de la CEPAL, solo en Brasil podrían generarse 900.000 nuevos empleos gracias a la adopción de servicios en la nube. Además, estudios del Boston Consulting Group revelan que las pequeñas y medianas empresas que utilizan esta tecnología crean el doble de puestos de trabajo frente a aquellas que no lo hacen.
El ahorro también es notable: al evitar grandes inversiones en infraestructura como servidores físicos, las empresas logran economías de escala, reducen consumo eléctrico y contribuyen a bajar las emisiones de carbono. En México, se estima que la migración a la nube podría representar una reducción equivalente a sacar 90.000 autos de circulación, según el Instituto Mexicano para la Competitividad.
Además de la eficiencia, la agilidad y capacidad de respuesta ante emergencias es otro beneficio clave. Tras el terremoto de 2012 en Costa Rica, por ejemplo, fue esta tecnología la que permitió que la estación de televisión Teletica pudiera seguir informando a la ciudadanía pese a la caída de las comunicaciones tradicionales.
En el ámbito educativo, también se han registrado avances significativos. En Colombia, el ICFES ha usado el cómputo en la nube para publicar los resultados de exámenes universitarios de manera masiva, algo que de otro modo habría requerido una infraestructura inalcanzable.
La seguridad de los datos también mejora en este entorno. Un estudio de la firma Alert Logic concluyó que los sistemas en servidores propios presentan mayores vulnerabilidades que las aplicaciones alojadas en la nube. Sin embargo, para que estos beneficios se mantengan, es indispensable fomentar la confianza en la tecnología, respetando la privacidad de los usuarios y aplicando normas internacionales como el estándar ISO 27018.
Expertos señalan que el cómputo en la nube no solo puede modernizar a las empresas, sino que tiene un impacto real en la vida de las comunidades, mejorando estándares de vida, impulsando la inclusión digital y fortaleciendo la competitividad regional.
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