Con el 99,1 % de los votos contabilizados el Partido Socialista (PS), que lidera el actual primer ministro António Costa, logró alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento con el 41,68 % de los votos que representan 117 diputados. En el proceso, los votantes no respaldaron a los socios minoritarios de la ‘geringonça’ y llevaron a la extrema derecha a ser la tercera mayor fuerza parlamentaria.
La mayoría absoluta alcanzada por el Partido Socialista (PS) en las elecciones del 30 de enero podría considerarse como un hecho histórico debido a que en el país los electores no suelen otorgar un amplio respaldo a un solo partido.
De hecho, es la segunda vez que el socialismo logra superar los 116 escaños que significan la mayoría absoluta, la primera vez ocurrió en 2005 bajo el liderazgo de José Sócrates.
Estos resultados contradicen los sondeos dados a conocer sobre los últimos días de la campaña y que indicaban un empate técnico entre el PS y el Partido Social Demócrata (PSD) de Rui Rio.
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“Una mayoría absoluta no es el poder absoluto, no es gobernar solos, es una responsabilidad para gobernar para todos los portugueses”, dijo Costa durante su discurso en el hotel de Lisboa donde su agrupación decidió esperar los resultados.
Todavía resta por escrutar una parte de los sufragios procedentes del exterior donde cerca de 1,5 millones de portugueses estaban habilitados para votar. Con 99,1 % de los votos computados detrás del PS se estaría ubicando el Partido Social Demócrata (PSD) con un 27,8 % de los sufragios.
“Se han juntado a los socialistas muchos portugueses de distintas ideas que entienden que en este momento somos el partido que puede garantizar las condiciones de estabilidad”, dijo Costa.
En medio de los sorpresivos resultados el partido ‘Chega’, con ideología de extrema derecha y fundado en 2019, se consolida como la tercera fuerza política de Portugal al conseguir el 7,15 % de los votos que le da derecho a la elección de 12 diputados.
Los resultados fueron decepcionantes para los partidos que habían formado alianza junto al PS en el proceso anterior como lo son el Bloque de Izquierda (Bloco de Esquerda) y la coalición de comunistas que lograron menos votos que en las elecciones de 2019.
“Esta elección fue provocada por el PS para tener mayoría absoluta” dijo el integrante del Bloco de Esquerda, Francisco Louçã.
Alta participación caracteriza jornada electoral en Portugal
De acuerdo con las cifras preliminares unos 10,8 millones de portugueses estaban habilitados para participar en el proceso, pero de acuerdo con datos emitidos por el Ministerio de la Administración Interna (MAI), sobre las 16:00 horas locales se habían manifestado en las urnas unas 4,9 millones de personas que se traduce en 45,66 % del padrón electoral.
Por su parte, la cifra oficial calcula la abstención en 42 %, un dato mucho mejor al registrado en las elecciones de 2019 cuando la no participación alcanzó el 51 % de los electores lo que deja al proceso de 2021 como uno con los de más alta participación en las últimas cinco elecciones legislativas.
Los altos números de contagios por Covid-19 en Portugal, que según cifras oficiales contabiliza 597.879 casos activos, era la principal razón por la que los votantes no se moverían a participar.
Para evitar que el temor al coronavirus sea un impedimento, las autoridades habilitaron una franja exclusiva para los votantes con diagnóstico positivo (entre unos 800.000 con edad para votar) en la última hora previa al cierre, de 18 a 19.
Además, los candidatos llamaron al pueblo a asistir a la votación y garantizaron la seguridad sanitaria.
Alrededor de las 19:00 horas locales las mesas en el territorio continental y Madeira habían cerrado completamente. Por su parte los colegios en Azores lo hicieron una hora más tarde (20:00 horas locales)
¿Por qué se presentaron elecciones anticipadas en Portugal?
La crisis política en Portugal tuvo su origen en octubre de 2021 cuando los partidos políticos de izquierda y derecha bloquearon el presupuesto para el año 2022.
De esta manera, comenzó el divorcio de la inédita alianza parlamentaria entre partidos de la izquierda portuguesa que llevó a Antonio Costa al poder contra todo pronóstico en 2015.
En diciembre de ese mismo año, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, acabó firmando el decreto para disolver el Parlamento y la convocatoria a elecciones anticipadas.
Este domingo, cuando realizaba su acto de votación, Rebelo de Sousa fue consultado sobre si la decisión de disolver el Parlamento fue acertada a lo que respondió “lo hecho, hecho está y hay que mirar al futuro».
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