José Ramón, un migrante venezolano, vivió dos noches en condiciones precarias en un terminal de autobuses en Monterrey, México.
Junto a otros compatriotas y haitianos, anhela alcanzar el sueño americano en los Estados Unidos.
José Ramón, que partió de Venezuela hace cinco años, ha viajado por varios países en busca de mejores oportunidades económicas para ayudar a su familia.
Después de cruzar la selva del Darién y recorrer cinco países, México se ha convertido en su destino final antes de llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, enfrenta obstáculos, incluyendo controles policiales, extorsión por parte de las autoridades y riesgos de tráfico de personas y narcotráfico en México.
José Ramón y otros migrantes esperan comprar boletos para llegar a la frontera de Estados Unidos, pero los costos son elevados.
Dependiendo de su estatus, los pasajes pueden costar entre 700 y 1,400 pesos mexicanos, lo que resulta inaccesible para muchos migrantes.
A pesar de los desafíos, José Ramón mantiene la esperanza y se prepara para una entrevista de asilo político en Estados Unidos, respaldada por imágenes de sus actividades de protesta en 2017, cuando enarboló la bandera venezolana en busca de libertad.
Estas imágenes pueden respaldar su solicitud de asilo si logra ingresar a los Estados Unidos.
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