Un avión estadounidense aterrizó este miércoles en Venezuela con 130 migrantes deportados, marcando un hito en las relaciones bilaterales entre ambas naciones. Este acto es resultado de un acuerdo entre el gobierno de Joe Biden y el régimen de Nicolás Maduro, a pesar de que Estados Unidos no reconoce formalmente a Maduro como presidente.
La aeronave aterrizó en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, que sirve a Caracas, tras un vuelo desde Harlingen, Texas, con una escala en Miami para abastecer combustible. Esposados de pies y manos, los migrantes, en su mayoría adultos, fueron colocados en el avión en el pequeño aeropuerto de Harlingen, cerca de la frontera con México. Según la policía migratoria estadounidense ICE, no integran ningún grupo familiar.
Este acontecimiento es parte de un acuerdo anunciado a principios de octubre por la Casa Blanca, que establece una «repatriación ordenada, segura y legal» de migrantes que no tienen base legal para permanecer en Estados Unidos.
La llegada de este vuelo marca un giro importante en la dinámica entre ambos países, dado que Venezuela rompió relaciones con Estados Unidos en 2019, tras desconocer la reelección de Maduro un año antes. Hasta ahora, los migrantes venezolanos sujetos a deportación eran enviados en vuelos comerciales o a México.
Este vuelo histórico se convierte en un elemento crítico en el debate sobre la política migratoria y las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, en medio de un contexto internacional y político complejo.
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