Un reciente informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) revela un aumento alarmante del 61,9% en la migración irregular de menores de 18 años que pasan por México durante el periodo de enero a agosto de 2023.
Durante el mismo período, casi 18,000 menores de entre 0 y 17 años fueron repatriados de Estados Unidos a México, lo que representa un aumento del 2,5% en comparación con el periodo anterior.
El estudio de la Redim destaca que la pobreza, la falta de oportunidades, la violencia y la búsqueda de la reunificación familiar son las principales causas que impulsan la migración infantil en los países de Centroamérica.
La situación de pobreza es particularmente alarmante, ya que según un informe del Banco Mundial de 2020, más del 50% de la población en Guatemala vive en condiciones de pobreza, junto con cifras significativas en El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Estos problemas se agravan debido a la desigualdad y la falta de recursos destinados a gasto social en la región, lo que limita las oportunidades de empleo y desarrollo personal para los jóvenes.
Además, la baja inversión en educación y salud contribuye a la falta de oportunidades y a la migración.
Factores como desastres naturales, como huracanes, también han obligado a las personas a desplazarse en busca de una vida mejor, ya que estos eventos pueden llevar a una mayor pobreza y desesperación.
La pandemia de COVID-19 agravó aún más la situación, con un alto número de personas que perdieron sus empleos y sufrieron inseguridad alimentaria.
La violencia y la inseguridad ciudadana también son factores determinantes en la migración, ya que los altos índices de criminalidad y la presencia del crimen organizado han generado un aumento en la migración.
La violencia de género también juega un papel importante, ya que las tasas de violencia sexual contra niñas y adolescentes son alarmantes en países como Guatemala y El Salvador.
La reunificación familiar es otra causa importante de migración, ya que muchos niños y adolescentes buscan unirse a sus familiares, principalmente en Estados Unidos.
Además, los proyectos de vida enfocados en superar problemas económicos y reunirse con sus familias también influyen en la migración.
Ante estos desafíos, la Redim y organizaciones civiles de la región han presentado el proyecto «Redes» para garantizar los derechos de la infancia en situación de migración y empoderar a los niños y adolescentes como actores políticos.
El objetivo es involucrar a los Estados, la sociedad civil y los propios niños en la protección de sus derechos y fortalecer los mecanismos de diálogo e igualdad.
Además, se busca que las políticas sean integrales y enfoquen en los derechos humanos y de género. Esta iniciativa es crucial para abordar los desafíos que enfrentan los menores migrantes en la región.
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