El Gobierno de Ecuador ha tomado la decisión de declarar a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur, como persona «non grata» en respuesta a comentarios del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre el asesinato del excandidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio. La Cancillería ecuatoriana invocó el principio de «no intervención» y la Convención de Viena para tomar esta medida diplomática, destacando que el país aún se encuentra en duelo por el asesinato de Villavicencio, ocurrido el año pasado.
Las declaraciones de López Obrador sobre las consecuencias electorales del crimen de Villavicencio en las elecciones presidenciales ecuatorianas fueron mal recibidas, lo que llevó al Gobierno ecuatoriano a tomar esta decisión. Se enfatizó en la importancia de respetar la soberanía del Estado y el principio de no intervención en asuntos internos de otros países.
El asesinato de Villavicencio marcó un punto crítico en la ola de violencia en Ecuador, convirtiéndolo en uno de los países más violentos de Latinoamérica. El presidente Noboa declaró un estado de excepción nacional debido a los altos niveles de inseguridad y señaló la existencia de un «conflicto armado interno» con grupos delictivos. La espiral de violencia se agravó después de intentos de recuperar el control de las prisiones, afectadas por enfrentamientos entre bandas criminales que han cobrado la vida de cientos de presos en masacres carcelarias.
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