La madrugada del domingo, Jerusalén se vio envuelta en caos y pánico mientras estallidos y sirenas antiaéreas resonaban en el aire. La causa: un ataque sin precedentes lanzado por Irán, que desató cientos de drones y misiles balísticos y de crucero hacia Israel. Este acto de represalia, que marca la primera ofensiva militar directa a gran escala de Irán contra Israel, ha llevado a Oriente Medio a un peligroso borde de guerra regional.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó que las fuerzas estadounidenses brindaron apoyo a Israel, ayudando a derribar la mayoría de los drones y misiles iraníes. Biden prometió convocar a aliados para formular una respuesta unificada a esta escalada de violencia.
El ataque iraní tuvo lugar menos de dos semanas después de un presunto ataque israelí en Siria que resultó en la muerte de dos generales iraníes. Este evento representa un nuevo capítulo en la prolongada enemistad entre Irán e Israel, que se remonta a la Revolución Islámica de 1979 en Irán.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. Francia, el Reino Unido y Alemania condenaron enérgicamente los ataques iraníes, advirtiendo sobre una posible escalada militar. Mientras tanto, el secretario general de la ONU instó a contener la situación y evitar una guerra a gran escala en la región.
El ejército israelí informó que la gran mayoría de los drones y misiles fueron interceptados fuera de las fronteras de Israel. Sin embargo, algunos lograron impactar en territorio israelí, causando daños materiales y, en un caso, dejando gravemente herida a una niña de 7 años.
Israel ha prometido tomar todas las medidas necesarias para proteger la seguridad del país. Aunque aún no ha confirmado una respuesta, el ejército israelí continúa vigilando la situación, preparado para actuar según sea necesario.
Este dramático evento subraya las crecientes tensiones entre Israel e Irán, exacerbadas por la guerra de Israel contra los milicianos de Hamás en la Franja de Gaza y los recientes ataques transfronterizos en la región. Con la región al borde del conflicto, la comunidad internacional observa con aprensión, esperando una pronta solución que evite una escalada aún mayor de violencia en Oriente Medio.
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