Después de que los países del G-7 condenaran en términos enérgicos el ataque de Irán a Israel, el canciller alemán Olaf Scholz llegó a China para una visita de tres días, acompañado de una delegación de empresarios y ministros. A pesar de la estrategia de Alemania de reducir la dependencia de China, Scholz optó por mantener estrechas relaciones comerciales con Pekín.
Durante su reunión con el presidente chino Xi Jinping, se discutieron temas como la presión militar en el Mar de China Meridional y el conflicto en Oriente Próximo. China expresó su preocupación por la escalada de tensiones después del ataque de Irán a Israel y pidió a la comunidad internacional que contribuyera a mantener la paz en la región.
Pekín ha intentado mediar en conflictos internacionales, como el acuerdo entre Irán y Arabia Saudí en 2023, pero ha tenido dificultades para detener la guerra en Gaza. Estados Unidos ha solicitado a China que utilice su influencia sobre Irán para prevenir ataques en la región.
En cuanto a Ucrania, China ha instado a una resolución pacífica del conflicto y apoya una conferencia de paz internacional reconocida por todas las partes. Informes de inteligencia revelan la cooperación entre China y Rusia en la fabricación de armas, lo que ha generado preocupación en Estados Unidos y presiones para que la Unión Europea endurezca su postura contra China.
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