El gobierno bielorruso anunció el lunes que considera al servicio bielorruso de la emisora estatal alemana Deutsche Welle como una organización «extremista» y ha prohibido todas sus actividades en el país.
Esta medida implica que cualquier persona que colabore con Deutsche Welle en la producción de contenido para el servicio bielorruso podría enfrentar una condena de hasta siete años de prisión. Asimismo, aquellos que compartan y reproduzcan artículos de Deutsche Welle podrían ser acusados de un delito administrativo o penal.
El director general de Deutsche Welle, Peter Limbourg, criticó la decisión calificándola de «infundada» y asegurando que no refleja la verdadera labor del servicio bielorruso.
Bielorrusia ya ha catalogado a 199 organizaciones como «extremistas» y utiliza esta etiqueta para reprimir la disidencia en el país. Entre las organizaciones prohibidas se encuentran el servicio bielorruso de Radio Free Europe/Radio Liberty y el canal de televisión independiente Belsat, basado en Varsovia.
La situación en Bielorrusia en cuanto a libertad de expresión es descrita como la peor en Europa por Andrei Bastunets, director de la Asociación Bielorrusa de Periodistas, quien comparó al país con una «Corea del Norte» europea.
El servicio bielorruso de Deutsche Welle, financiado por el gobierno alemán y con sede en Bonn, sigue operando pese a la prohibición impuesta por las autoridades bielorrusas. Según la Asociación de Periodistas de Bielorrusia, actualmente hay 36 periodistas encarcelados en el país.
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