Pasaportes venezolanos: ¿papel sin valor?

Pasaportes venezolanos: ¿papel sin valor?
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Con permisos especiales, prórrogas y excepciones se mueven muchos venezolanos ante las dificultades para renovar pasaportes. Más de seis millones han abandonado el país por la crisis, ¿cómo les afecta?

A Juan Carlos Malavé, de 32 años, le preocupa que su pasaporte está por vencer. Para muchos, gestionar el documento de identidad no es más que un proceso burocrático que toma un par de horas. Pero en Venezuela, se trata de un trámite lento, costoso e incierto. Particularmente para quienes que, como Malavé, viven en el exterior y pudieran terminar en un limbo.

«Ese es un miedo que tengo”, dice sobre la renovación de su pasaporte desde Hungría, donde trabaja como diseñador gráfico.

Más de seis millones de venezolanos han salido del país empujados por la crisis humanitaria. Tener un documento de identidad válido internacionalmente se ha convertido en una necesidad no solo para los que están afuera y requieren regularizar su estatus, sino también para quienes planean emigrar. 

Como respuesta a las dificultades para hacer el trámite, varios países han adoptado medidas para facilitar el tránsito y la regularización de venezolanos. Por ejemplo, España admite la prórroga del pasaporte como documento válido; mientras que Estados Unidos y Brasil permiten el ingreso con pasaporte vencido.

En un limbo

En 2020, Malavé permaneció indocumentado durante tres meses y a la espera de que el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) emitiera su identificación.

Al no tener un documento vigente, su banco le desactivó la cuenta y su proveedor telefónico suspendió el contrato. Su empleador también retuvo su salario durante ese tiempo al no poder transferir el dinero, por lo que tuvo que recurrir a sus ahorros.

«Yo soy solamente una persona que quiere tener un trabajo, una vida. Estoy ahogado y si no me llega mi pasaporte, no soy nadie”, le explicaba Malavé a los funcionarios húngaros en busca de ayuda. «Nadie entendía cómo no podía tener mi pasaporte». 

Meses después de la solicitud, recibió una prórroga: una estampilla con sus datos que se adhiere al pasaporte vencido y que extiende su validez.

Malavé ahora tiene una identificación húngara, por lo que está en una situación menos vulnerable. Pero ahora no solo le preocupa el alto costo de tramitar un pasaporte nuevo, que ronda los 200 dólares y está entre los más costosos del mundo. También teme que se retrase el trámite y quede «encerrado en Hungría”.

Alrededor de 6.1 millones de venezolanos han abandonado el país.

Retrasos y altos costos

Los retrasos en la emisión de pasaportes datan, al menos, de 2017 según reportes de la prensa local. Ese año, el gobierno venezolano comenzó a emitir prórrogas a la vez que el entonces director del Saime, Juan Carlos Dugarte, explicó que la medida tenía como propósito reciclar material y ahorrar gastos al Estado.

Entonces era común encontrar largas filas en las oficinas del organismo en Caracas, con gente esperando desde la madrugada y procedentes de otros estados del país.

«La situación ha mejorado”, explica Mercedes de Freitas, directora de Transparencia Venezuela, el capítulo venezolano de Transparencia Internacional. La organización ha dado seguimiento a los retrasos en el Saime, así como también adenuncias de corrupción que involucran al organismo.

«Es una mejora incierta. No se sabe hasta cuándo va a funcionar”, comenta. «Para solicitar las citas (por internet) hay que estar horas y horas o ingresar de madrugada”.

En 2018, el Saime ancló los precios al petro, la criptomoneda que lanzó el gobierno venezolano. Pero la medida también supuso un incremento que dejó el documento fuera del alcance de muchos.

Incluso con una prórroga, Malavé frecuentemente encuentra trabas cuando viaja o tiene que hacer trámites en el exterior. «Siempre que voy a una oficina de migración o a un banco, la gente queda extrañada al ver la hoja y tengo que explicarles qué es”, dice.

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