Las cárceles de Filadelfia han enfrentado problemas como el aumento de la violencia y la fuga de cuatro reclusos en un período de seis meses el año pasado.
La Sociedad Penitenciaria de Pensilvania, un grupo que supervisa las prisiones estatales, realizó entrevistas a casi 50 reclusos en Filadelfia el año pasado y emitió un informe que detallaba las «condiciones peligrosas y degradantes» en las prisiones de la ciudad.
El informe describía que los reclusos eran mantenidos en «áreas enrejadas, infestadas de ratas, con alimentación e insuficiente atención médica durante semanas o meses mientras su salud mental se deterioraba». Según el informe, diez reclusos fallecieron en 2022.
El sindicato de funcionarios penitenciarios de Filadelfia emitió una votación unánime de «censura» hacia Carney el año pasado, señalando la falta de personal en las instalaciones y el «caos» generalizado.
Carney, la primera mujer en ocupar el cargo de comisionada de prisiones, reconoció los desafíos en su carta al personal penitenciario y atribuyó parte de los problemas a la pandemia, que según ella, «ha generado una tremenda presión en las operaciones penitenciarias en todo el mundo».
