Los Bollos Pelones: Tradición y Sabor en Cada Región de Venezuela

Los bollos pelones, considerados los «primos» de la emblemática hallaca venezolana, son un plato que resalta la rica tradición culinaria del país, con orígenes que se remontan a tiempos precolombinos y se extienden por diversas regiones. En estados como Zulia, Falcón y la región Central, estos bollos forman parte de los recetarios familiares, cada uno con su propia versión.

En su obra Geografía Gastronómica de Venezuela (1954), Ramón David León describe los bollos pelones como un plato «democrático y sencillo», centrando su atención en la versión de San Felipe, Yaracuy, la cual considera especialmente deliciosa.

Graciela Schael Martínez, en La cocina de Casilda (1953), también destaca los bollos pelones como un manjar típicamente criollo, afirmando que su preparación es fácil de encontrar en muchas familias venezolanas.

La receta básica de los bollos pelones, según León, incluye una masa de maíz y un guiso de carne de cerdo cocinado lentamente en una salsa elaborada con carne y tomate. Sin embargo, este plato ha evolucionado a lo largo del tiempo, con variaciones regionales que incorporan diferentes ingredientes y técnicas.

Miro Popić, en su libro El señor de los aliños (2017), señala que los bollos de maíz se preparaban en todo el territorio venezolano mucho antes de la formación del país, sugiriendo que este plato tiene raíces profundas en la gastronomía local. En algunas regiones, la salsa se elabora solo con tomates, mientras que en otras se sustituyen la carne de cerdo por res o incluso pescado. También se han documentado versiones en las que el maíz se reemplaza por plátano o auyama, y los rellenos pueden incluir caraotas blancas o pescado salado guisado.

Armando Scannone, en Mi cocina a la manera de Caracas (1982), recoge una receta que añade pasas, aceitunas y alcaparras, creando un guiso que recuerda al de las hallacas.

Inspirado en esta versión, el chef venezolano Iván García ha incorporado los bollos pelones a su menú en El Bosque Bistró. García, nacido en los Andes, comenta que en su hogar preparaban los bollos con una masa más blanca, a diferencia de la amarilla que utiliza actualmente. «Le agregamos un toque de plátano para darle ese dulzor característico de la cocina caraqueña, y la salsa la hacemos con ají dulce», explica.

El Bosque Bistró se ha convertido en un referente de la gastronomía venezolana contemporánea, donde los bollos pelones ocupan un lugar destacado en la carta, fusionando tradición y modernidad en cada bocado.


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