Elon Musk ha decidido cumplir con las exigencias de la Corte Suprema de Brasil, tras semanas de tensiones que llevaron a la prohibición de la red social X (anteriormente Twitter) y la imposición de multas millonarias. El enfrentamiento comenzó cuando la plataforma se resistió a acatar órdenes judiciales que le exigían bloquear cuentas acusadas de difundir discursos de odio y noticias falsas.
La situación alcanzó su punto crítico el 30 de agosto, cuando el Tribunal Supremo ordenó la suspensión de X en Brasil, alegando que la compañía había desobedecido las decisiones del tribunal, en particular las de su juez, Alexandre de Moraes, quien lidera una campaña judicial contra la desinformación y el discurso de odio. Musk llegó a acusar al juez de censura, lo que tensó aún más las relaciones.
Sin embargo, la semana pasada, X nombró a Rachel de Oliveira Villa Nova Conceição como su representante legal en el país, cumpliendo con el plazo impuesto por el tribunal. Además, la plataforma bloqueó varias cuentas que previamente se habían negado a suspender. Estos pasos han sido considerados como intentos de Musk para cumplir con las medidas y evitar nuevas sanciones, que podrían haber alcanzado hasta 5 millones de reales (907.000 dólares) por día en multas.
El conflicto comenzó en abril cuando Musk desafiaba abiertamente las órdenes judiciales brasileñas, lo que llevó a Moraes a abrir una investigación penal contra el magnate, acusándolo de difundir desinformación. La situación escaló cuando la semana pasada Brasil retiró 18,35 millones de reales de las cuentas bancarias locales de X y de Starlink, la empresa de internet satelital también propiedad de Musk, para cubrir las sanciones acumuladas.
La disputa se extendió cuando un fallo técnico en la red permitió que la plataforma volviera a ser accesible de manera temporal en Brasil, lo que fue interpretado por las autoridades como un intento deliberado de desacato. El organismo regulador de telecomunicaciones advirtió que cualquier intento de eludir las órdenes judiciales merecería nuevas sanciones.
El Tribunal Supremo brasileño ha solicitado informes adicionales de la Policía Federal y la agencia de telecomunicaciones para calcular las sanciones adecuadas y decidir si permitirá que X vuelva a operar en el país. Aunque el futuro de la plataforma en Brasil sigue siendo incierto, el cumplimiento de Musk con las órdenes judiciales marca un punto de inflexión en esta disputa de alto perfil.
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