En el barrio El Guarataro, de la parroquia San Juan en Caracas, existe un manantial de agua que ha fluido por más de 70 años. Escondido entre los laberínticos callejones del sector Las Amarillas, este manantial ha sido una bendición para las 615 familias del Consejo Comunal Francisco Méndez, que alberga a 1,896 personas.
Coromoto, el residente más antiguo del callejón, considera que han sido bendecidos por Dios, especialmente en tiempos de racionamiento de agua que afectan a muchos sectores populares de Caracas. Los vecinos agradecen que, a pesar de las dificultades, siempre tienen agua fresca en sus neveras y para preparar sus alimentos, gracias a este hombre.
Este ejemplo muestra cómo, en la Venezuela de hoy, los habitantes encuentran soluciones creativas para enfrentar los problemas de servicios públicos, con un poco de ingenio y la bendición de la madre tierra
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