Este miércoles, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron su ofensiva en el Líbano, atacando por primera vez la ciudad costera de Jiyyeh, ubicada a 20 kilómetros al sur de Beirut, así como varias localidades en zonas montañosas. Entre las áreas bombardeadas se encuentran Joun, en las montañas Chouf, y Al Maaysra, en el Monte Líbano, además de las ya afectadas localidades del sur como Bint Jbeil, Tebnine y Ain Qana.
El Ministerio de Salud del Líbano informó que estos ataques han causado al menos 51 muertos y 223 heridos. Las FDI argumentan que los bombardeos están dirigidos a viviendas donde presuntamente se ocultan armas o se refugian comandantes de Hezbolá, aunque la cifra de víctimas civiles continúa en aumento.
Uno de los ataques en Al Maaysra buscaba eliminar al jeque Mohammed Amro, un líder de Hezbolá en la zona, aunque no se ha confirmado si él figura entre las víctimas. Además, el martes, un ataque en Beirut acabó con la vida de Ibrahim Muhammad Kabisi, comandante encargado de la red de misiles y cohetes de Hezbolá.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Líbano ha informado que hasta medio millón de personas han sido desplazadas por la ofensiva israelí. Miles de residentes del sur del país han buscado refugio en escuelas y edificios de Beirut, mientras otros se trasladan a la ciudad de Sidón, donde las familias pasan las noches en lugares improvisados como parques y playas. Aquellos con más recursos han intentado abandonar el país, lo que ha provocado un gran atasco en la frontera con Siria.
El Ejército libanés ha colaborado en las evacuaciones, rescatando a más de 60 personas de la ciudad cristiana de Alma Chaab, en el sur del país, tras los ataques nocturnos.
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