El ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, anunció la captura de un nuevo grupo de mercenarios que, según las investigaciones, buscaban desestabilizar la paz en Venezuela. Este grupo estaría vinculado con las bandas criminales «El Tren del Llano» y «El Tren de Aragua», y, según Cabello, era parte de una operación coordinada por el expresidente colombiano Álvaro Uribe y los opositores Iván Simonovis, Carlos Vecchio, Julio Borges y María Corina Machado.
Durante una rueda de prensa sobre los avances de la Operación Tun Tun, Cabello aseguró que Estados Unidos, a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Administración de Control de Drogas (DEA), junto con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España, habrían sido responsables de enviar armas a Venezuela para apoyar estas acciones desestabilizadoras. El objetivo, según el ministro, era atacar puntos estratégicos del país, asesinar líderes de la Revolución y, en última instancia, derrocar al gobierno.
En esta operación, fueron decomisadas 71 armas de guerra, incluyendo fusiles AK de la empresa Century Arms y 24 fusiles que habrían sido ensamblados en el país a partir de piezas importadas. Cabello afirmó que Iván Simonovis ha actuado como intermediario en el tráfico de estas armas, no solo en Venezuela sino en otras partes del mundo, y que contaba con un aliado identificado bajo el alias «Deivys», quien gestionaba el envío de armamento a las bandas criminales. Además, varios ex policías estadounidenses vinculados a Simonovis fueron detenidos y confesaron su implicación en estos planes.
Entre los detenidos figura un grupo que era responsable de entregar las armas, entre ellos un capitán de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y otros ciudadanos venezolanos que ya están siendo judicializados.
Cabello también mostró pruebas en las que se destacan imágenes de refinerías y otros puntos estratégicos que planeaban ser atacados. Además, denunció la participación activa de la DEA y el CNI de España en estos planes, afirmando que buscan desestabilizar el país a través de la introducción de mercenarios y armas.
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