En 2010, durante una visita oficial a Damasco, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez otorgó a Bashar al-Assad, presidente de Siria en ese momento, una réplica de la espada de Simón Bolívar como símbolo de la «hermandad revolucionaria» entre ambos países. Este gesto, cargado de simbolismo, buscaba consolidar la alianza estratégica y política entre Venezuela y Siria en el marco de un discurso antiimperialista compartido.
Durante el acto, Chávez elogió la resistencia de Al-Assad frente a las «agresiones del imperialismo» y destacó la importancia de fortalecer los lazos entre las naciones del sur global. Por su parte, Al-Assad agradeció el reconocimiento, afirmando que la espada representaba la lucha por la soberanía y la independencia de los pueblos.
A más de una década de aquel evento, el contexto de ambos países ha cambiado radicalmente. Mientras Siria atraviesa una prolongada guerra civil y Al-Assad se encuentra en el centro de controversias internacionales, en Venezuela se recuerda este episodio como un capítulo de las estrechas relaciones que ambos gobiernos mantuvieron en ese momento.
¿Qué opinas de este gesto simbólico en el contexto actual? Déjanos tu opinión en los comentarios.
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