La reciente juramentación de Nicolás Maduro para un tercer período presidencial ha dejado un sabor amargo en muchos venezolanos. La expectativa de que Edmundo González Urrutia cumpliera su promesa de regresar a Venezuela y asumir el poder quedó truncada, generando un ambiente de frustración e incertidumbre en el país. En este contexto, algunos sectores políticos han comenzado a considerar que una intervención militar extranjera podría ser la única solución para cambiar el rumbo político de Venezuela.
Este tipo de discurso ha sido especialmente promovido por figuras como el expresidente de Colombia Álvaro Uribe. El pasado 11 de enero, desde Cúcuta, Uribe afirmó: «Nosotros pedimos una intervención internacional, preferiblemente avalada por las Naciones Unidas, que desaloje a esos tiranos del poder y convoque de inmediato a unas elecciones libres». Estas palabras resonaron fuertemente en el ámbito político y mediático, siendo respaldadas por actores como Leopoldo López, quien a través de sus redes sociales afirmó que esta propuesta debe ser «considerada seriamente» debido a los múltiples intentos fallidos de lograr un cambio mediante vías internas.
Sin embargo, no todos los líderes opositores están de acuerdo con esta postura. Juan Pablo Guanipa, dirigente de Primero Justicia, ha expresado su preocupación por el efecto desmovilizador que este tipo de discursos puede tener en la población venezolana. En una entrevista reciente con el director de El Pitazo, César Batiz, Guanipa argumentó que hablar de intervención extranjera puede hacer que los ciudadanos asuman que el cambio vendrá del exterior, lo que podría llevarlos a la inacción y la apatía.
«Creo que este es un momento para reflexionar profundamente, para reordenar las cosas, y para salir a conquistar el futuro que Venezuela admira», declaró Guanipa, enfatizando la necesidad de que los venezolanos mantengan una participación activa en la búsqueda de soluciones internas. Según él, depositar las esperanzas en una intervención externa puede desviar la atención de los esfuerzos necesarios para fortalecer la sociedad civil, movilizar a la ciudadanía y construir un frente sólido desde adentro del país.
La discusión sobre la intervención extranjera en Venezuela no es nueva, pero ha cobrado fuerza en los últimos meses a medida que la crisis política y humanitaria se ha profundizado. Mientras algunos ven en esta opción una salida viable para poner fin al régimen de Maduro, otros, como Guanipa, advierten sobre los riesgos de desmovilización y la pérdida de agencia por parte de los ciudadanos. La balanza entre la búsqueda de apoyo internacional y la acción local continúa siendo un tema de intenso debate en la sociedad venezolana, reflejando las complejidades de un país en búsqueda de una salida a su prolongada crisis.
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