Mientras la opinión pública está distraída con las elecciones y los montajes judiciales, una denuncia explosiva sacude al país: Iván Freites, dirigente sindical petrolero, asegura que el régimen de Nicolás Maduro habría entregado de facto el control total de PDVSA a la empresa China Concord Petroleum Co. (CCPC).
Según el testimonio publicado por Freites en su cuenta de X, los chinos no solo manejarían la producción petrolera en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, sino que también tendrían en sus manos el Centro de Refinación Paraguaná —que incluye las refinerías Amuay, Cardón y Bajo Grande—, los muelles, llenaderos de combustibles y hasta estaciones de servicio. En otras palabras, todo el circuito petrolero, desde el pozo hasta el surtidor.
La operación, calificada por Freites como una «colonización», se habría realizado en secreto, amparada por la confidencialidad impuesta por el gobierno venezolano, y estaría a punto de desplazar a miles de trabajadores nacionales. Según su advertencia, CCPC planea traer al país al menos 5.000 técnicos chinos para encargarse de la operación total del sistema.
Pero la denuncia va más allá: Freites afirma que el silencio de la Fuerza Armada Nacional, los sindicatos oficialistas y parte de la clase política ha sido cómplice en esta “tragedia nacional” que, según él, amenaza directamente la soberanía energética del país.
La venta del alma petrolera de Venezuela a una potencia extranjera, en pleno siglo XXI, no puede pasar bajo la mesa. Para Freites, esto no es solo un negocio turbio: es un acto de traición al país.
¿Crees que esto marca el fin de PDVSA como símbolo nacional? ¿Es negocio, colonia o entrega? Opina sin miedo en los comentarios.
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