Uno de los centros de votación más grandes del país, ubicado en el municipio Carirubana, estado Falcón, amaneció este 25 de mayo completamente vacío. En un recinto electoral que debería recibir a más de 10 mil votantes, las imágenes y videos hablan por sí solas: ausencia casi total de ciudadanos y apenas un puñado de personas alineadas, muchas de ellas presuntamente obligadas a asistir.
El contraste es brutal: mientras el régimen insiste en proyectar una “fiesta democrática”, lo que se vive en las calles es una evidente muestra de rechazo. Solo algunos militantes oficialistas se dejaron ver en la cola, en un intento desesperado por maquillar lo que fue un auténtico desierto electoral.
La apatía generalizada confirma lo que millones de venezolanos vienen manifestando: el país no se presta para convalidar farsas. Este centro en Falcón, símbolo del abandono ciudadano, es prueba irrefutable del divorcio entre el poder y el pueblo.