La proliferación del crimen organizado en Venezuela ha escalado hasta convertirse en una amenaza no solo para el país, sino para toda la región. Un reportaje reciente destaca cómo grupos delictivos venezolanos han extendido sus operaciones a países vecinos, involucrándose en actividades como el narcotráfico, la minería ilegal, la trata de personas y el contrabando de combustible.
Estos grupos, que a menudo operan con complicidad de actores locales e internacionales, aprovechan la crisis institucional y la falta de control estatal en vastas áreas del país para consolidar sus operaciones. Organismos internacionales han advertido que la expansión de estas redes criminales pone en riesgo la estabilidad política y económica de países como Colombia, Brasil y Guyana, al tiempo que intensifica problemas como la violencia y la migración forzada.
El informe señala que, en lugar de combatir eficazmente a estas organizaciones, algunas autoridades venezolanas han optado por acuerdos de convivencia con estos grupos, facilitando indirectamente sus actividades ilícitas. Esto agrava aún más la percepción de Venezuela como un estado permisivo para el crimen organizado.
¿Cómo crees que se puede abordar este problema? Comparte tu opinión en los comentarios.
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