¡Boom! El fundador de Telegram, Pavel Durov, soltó una bomba en sus redes y nadie quedó indiferente: según él, el jefe de inteligencia francesa, Nicolas Lerner, le pidió censurar a voces conservadoras en Rumania… justo antes de las elecciones.
¿Dónde fue la supuesta escena de espionaje deluxe? En el Salon des Batailles del Hôtel de Crillon en París —sí, así de dramático suena todo—. Allí, Lerner habría pedido a Durov que callara a ciertos usuarios incómodos. Pero el ruso no se dejó.
🔊 “Me negué. No bloqueamos a manifestantes en Rusia, Bielorrusia o Irán. No vamos a empezar en Europa”, escribió el CEO de Telegram, como quien dice “ni por todo el vino francés”.
Hasta ahora, ni pío de los servicios secretos galos. Silencio sepulcral. Pero la denuncia ya encendió los focos sobre el eterno dilema: ¿libertad de expresión o censura made in Occidente?
📲 ¿Y tú qué opinas? ¿Es Telegram el último bastión de la libertad digital, o se está convirtiendo en un escudo para extremistas?
💬 Déjalo en los comentarios, que aquí no censuramos a nadie… por ahora.
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